Andrea & Daniel Mannale 

Quiénes somos

Un par de informaciones acerca de nosotros

En la foto estamos nosotros (Andrea y Daniel), con nuestras tres hijas Nathania, Chiara (pronúncieses como Kiara) y Soraya (de izquierda a la derecha).

Yo, Daniel, nací en David, Chiriquí y donde tuve la dicha de crecer en esta bella provincia, donde me gradué en el año 2000 del colegio. Soy hijo de misioneros suizos-alemanes, Willi y María, quienes trabajaron por muchas décadas aquí en Panamá y Ecuador (esto explica el hecho de sea un panameño un poco más alto y pálido que los demás aquí).

Al graduarme del colegio decidí ir a suiza para estudiar y así conocer un poco el país de mis antepasados. Antes de eso estuve por 9 meses en el Doulos, un barco misionero de OM. En octubre del 2001 inicié mis estudios de ingeniero eléctrico en suiza. Al graduarme trabajé por varios años en el área de desarrollo electrónico, primero como programador y luego como encargado de proyectos.

Desde mi llegada a suiza viví en el mismo área cerca de Zürich, donde fui parte de una pequeña iglesia evangélica hasta el 2010. En ese año Andrea y yo nos casamos y luego de lo cual nos mudamos a otro lugar (Effretikon), donde vivimos hasta nuestra salida a Panamá. Alli tuve la oportunidad de poder estar en un ministerio pastoral en una iglesia evangélica, mientras a la vez estuve estudiando teología y luego en una maestría en desarrollo social.

Andrea, mi esposa, se crio en un pequeño pueblo en suiza, muy cerca de donde viví durante mi primer tiempo aquí en suiza. Nos conocimos a través de campamentos, que nuestras iglesias realizaban conjuntamente. En su iglesia ella era líder del grupo de jóvenes, igual que yo. En el 2009 ella inició un estudio como trabajadora social, de lo cual se graduó en el 2013. Su enfoque desde allí siempre fue el trabajo con niños en orfanatos.

En septiembre del 2015 nación nuestra primera hija Chiara Sofía. Luego en el 2017 siguió Soraya Eileen y finalmente en el 2020, Nathania Meyi aquí en Panamá. Con el nacimiento de Chiara, Andrea renunció a su trabajo y se dedicó de lleno a su tarea como madre en el primer año. Luego, por razones económicas, Andrea inició a trabajar nuevamente dos días a la semana como cajera en un restaurante hasta poco antes de nuestra salida a Panamá.

Nuestro ministerio lo vemos como un trabajo en equipo de nosotros como esposos. Aunque Andrea, por la edad de nuestras niñas, está bastante ocupada en sus labores como ama de casa, siempre tratamos de complementarnos con nuestros dones y de apoyarnos mutuamente.